sábado, 13 de diciembre de 2008

Existo, luego pienso en positivo


En mi afición por observar-nos a los humanos, no dejo de sorprenderme.
La capacidad que tenemos de regodearnos en lo negativo, me deja fascinada.
Por ejemplo, si en el desarrollo de una tarea hago una gambada, tengo asegurado que será recordada por los siglos de los siglos, amén. Además la noticia correrá como un reguero de pólvora.
Por el contrario, si ejecuto la tarea de forma brillante, su difusión y publicidad será bastante escasa.
Con la rumorología sucede igual. Si realizo una crítica o comentario malévolo, tengo asegurada la portada en los principales corrillos de la organización. Sin embargo las ideas positivas, raramente serán titulares principales.
¿Por qué somos tan poco generosos?¿Por qué vamos por la vida con el culo prieto?¿Por qué no pensamos en positivo?
Que las buenas noticias no tengan tirón informativo es un síntoma de que nos perdemos mucho, de lo mucho bello de esta vida. Es una pena.

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