jueves, 14 de febrero de 2013

Buscando una señal


Esta es la historia del rabino Eisik , hijo del rabino Yekel, que vivía en Cracovia:
«Después de muchos años de una gran pobreza, los cuales nunca socavaron su fe en Dios, soñó que alguien le ordenaba que buscara un tesoro oculto bajo el puente que conduce al palacio real en Praga.
Cuando el sueño se repitió por tercera vez, partió hacia Praga. Pero el puente estaba custodiado día y noche y no se atrevió a empezar a cavar. No obstante no dejó de ir al puente cada mañana y allí se quedaba merodeando hasta el anochecer.
Finalmente, el capitán de la guardia, que le había estado observando, le preguntó cortésmente si estaba buscando algo o esperaba a alguien. El rabino Eisik le contó el sueño que le había hecho venir desde un país tan lejano.
El capitán se sonrió, «¡Y para satisfacer el sueño gastaste tus zapatos viniendo aquí! Te compadezco. Por lo que respecta a creer en los sueños, si hubiera creído en ellos ¡hubiera tenido que ir a Cracovia y buscar un tesoro oculto bajo un hornillo en la habitación de un judío, Eisik, hijo de Yekel! Eso fue lo que me reveló el sueño. Imagínate lo que hubiera sido: allí la mitad de los judíos se llaman Eisik y la otra mitad Yekel!» Y se rió de nuevo.
El rabino Eisik se despidió, volvió a casa, desenterró el tesoro de debajo de su hornillo y construyó la casa de oración conocida como la Sinagoga del rabino Eisik.

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