Todos los días, a las dos menos cuarto, vienen a comer a la puerta de casa Kiko y Kika. Son dos gatos callejeros, hermanos, aunque no de la misma camada; Kiko es el mayor.
Cuando les dejo la comida, Kiko, al que le debería de llamar Kikón, se lo come todo. Para Kika deja las migajas, y solo cuando está saciado, le deja algo más.
Como esto me cabrea, yo, que soy un poco más grande que Kiko, pongo orden entre la gatería y me aseguro de que tanto Kiko como Kika puedan saborear las delicatessen de Whiskas.
Mi marido, que es muy listo, y entiende mucho de animales (por eso está conmigo), me dice que les deje. Que no intervenga. Que los gatos, a su manera, ya se organizan.
Total, que todos los días a las dos menos cuarto, ahí estoy yo con esta duda existencial:
- intervenir para asegurar un reparto equitativo del papeo
- o dejar que las leyes de la naturaleza realicen su trabajo
Cuando les dejo la comida, Kiko, al que le debería de llamar Kikón, se lo come todo. Para Kika deja las migajas, y solo cuando está saciado, le deja algo más.
Como esto me cabrea, yo, que soy un poco más grande que Kiko, pongo orden entre la gatería y me aseguro de que tanto Kiko como Kika puedan saborear las delicatessen de Whiskas.
Mi marido, que es muy listo, y entiende mucho de animales (por eso está conmigo), me dice que les deje. Que no intervenga. Que los gatos, a su manera, ya se organizan.
Total, que todos los días a las dos menos cuarto, ahí estoy yo con esta duda existencial:
- intervenir para asegurar un reparto equitativo del papeo
- o dejar que las leyes de la naturaleza realicen su trabajo
1 comentario:
Podrías intervenir?
(joporfa, miaaaau)
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