domingo, 4 de julio de 2010

Mis gatos y yo



Todos los días, a las dos menos cuarto, vienen a comer a la puerta de casa Kiko y Kika. Son dos gatos callejeros, hermanos, aunque no de la misma camada; Kiko es el mayor.
Cuando les dejo la comida, Kiko, al que le debería de llamar Kikón, se lo come todo. Para Kika deja las migajas, y solo cuando está saciado, le deja algo más.
Como esto me cabrea, yo, que soy un poco más grande que Kiko, pongo orden entre la gatería y me aseguro de que tanto Kiko como Kika puedan saborear las delicatessen de Whiskas.
Mi marido, que es muy listo, y entiende mucho de animales (por eso está conmigo), me dice que les deje. Que no intervenga. Que los gatos, a su manera, ya se organizan.
Total, que todos los días a las dos menos cuarto, ahí estoy yo con esta duda existencial:
- intervenir para asegurar un reparto equitativo del papeo
- o dejar que las leyes de la naturaleza realicen su trabajo

1 comentario:

Kyka dijo...

Podrías intervenir?
(joporfa, miaaaau)