domingo, 28 de marzo de 2010

Humanos estabulados







Mi abuela me contaba que, cuando era joven, en su casa tenían 2 vacas, Blanca y Paloma.
Le ayudaban en las tareas del campo, en la recogida de la leña, en el aporte de leche para sus hijas y además, le hacían compañía. En definitiva, eran como dos más de la familia.
Supongo que la vida de Blanca y Paloma no fue fácil ni cómoda. Conociéndole a mi abuela, seguro que les hizo trabajar duro y, aunque en verano había pasto de sobra para comer, los inviernos eran largos y duros y en aquella época todas pasaban estrecheces, las vacas y las abuelas.
Mi abuela me hablaba con cariño del genio que tenían. Por ejemplo, me decía que, a la hora de ordeñarlas, no dejaban que nadie, excepto ella, las tocara.
También me hablaba de su fuerte coraje, cuando bajaban por la pendiente del pantano con el carro lleno de leña, haciéndose sangre en las pezuñas por la fuerza con que tenían que frenar.
La vida de vaca actual es muy diferente.
Las de ahora, no tienen nombre y viven en grandes explotaciones, estabuladas.
No realizan trabajo físico, apenas se mueven.
No tienen que arar campos de sol a sol, la mayor parte de su vida la pasan sin ver el sol.
No tienen que buscar en el campo su hierba favorita, la comida se la dan casi empaquetada y a la boca.
No tienen preferencias sobre la persona que las ordeña, porque nadie las ordeña, lo hace un máquina.
Las vacas de ahora son pacientes y sumisas.
Seremos nosotros, en las ciudades, una especie de humanos estabulados?
Vivimos en una sociedad estabulada?
Estabulamos a su vez, a todo lo que nos rodea: vacas, pollos, refugiados, abuelos, enfermos...?
Es esto lo mejor que sabemos hacer?
Infinita tristeza, la de mi corazón






1 comentario:

El emental dijo...

Y qué pasaría si hubiera una rebelión en la granja?
Qué sucedería si las vacas decidieran que el pienso lo coma Ramón?