lunes, 9 de febrero de 2009

Navegando a vela



La tripulación de un velero sabe que todos tienen que responder al unísono, cuando el patrón da una orden. Si la mar está en calma, la tensión se reduce. Pero con mar de fondo hay que saber responder con ritmo a las órdenes (cazar la vela, soltar la escota, desplegar el spinnaker...). Por otro lado, el patrón debe conocer exactamente, dependiendo de la mar, lo que el barco necesita en cada momento. Asimismo sabrá comunicar las órdenes con claridad y aplomo. Será una persona que genere calma y confianza; trasmitiendo apoyo a la tripulación en situaciones complicadas.
El patrón debe ser la persona que mejor conozca el barco y sabrá responder ante situaciones difíciles. ¿Cómo se logra esto? Estando siempre al pie del cañón, teniendo la cara arrugada por el salitre del mar. Un barco no puede ser dirigido desde tierra, porque se puede hundir. Una organización es como un barco, y ahora comprendo, cómo muchas organizaciones navegan sin rumbo y a la deriva.

No hay comentarios: